Dentro del ámbito de inclusión financiera, a la tecnología mayormente se la relaciona como un medio para llegar a poblaciones excluidas con servicios financieros adaptados a sus necesidades y a un costo accesible, a través de una gama de distintos productos digitales. En ese contexto, la transformación digital se ha convertido en un aspecto decisivo para que las instituciones de microfinanzas (IMFs) se mantengan relevantes dentro de la industria, al proveer servicios digitales a sus clientes acorde a estos tiempos y realizando procesos internos de manera más efectiva con el uso de distintas herramientas tecnológicas. Está claro que la coyuntura actual debido al COVID-19, ha acelerado radicalmente los distintos procesos de transformación digital de muchas IMFs, y en algunos casos las ha obligado a iniciar y estructurar uno desde las bases para poder mantener operaciones durante la pandemia.
De igual manera, existe una necesidad general de abordar la igualdad de género a través de la transformación digital, con la tecnología como pieza fundamental para empoderar a las mujeres.
En ese contexto, BIM y BID Lab han firmado un convenio de Asistencia Técnica para llevar a cabo el proyecto “LocFund Next: Inclusión Financiera y Transformación Digital en Instituciones Microfinancieras de América Latina y El Caribe”, mediante su componente de Asistencia Técnica (Technical Support Facility- TSF), que tiene el propósito de apoyar a la digitalización de IMFs en LAC (Latinoamérica y el Caribe).
En el marco de este proyecto, se tiene previsto realizar la primera actividad del TSF, que es desarrollar el “Diagnóstico Global del Estado Actual de Transformación Digital de las Instituciones Microfinancieras Clientes de Locfund”. El objetivo de esta actividad es llevar a cabo un diagnóstico general relacionado con la transformación digital de 69 IMF clientes actuales y potenciales de Locfund Next, ubicadas en 14 países de LAC. Como cada IMF tiene un proceso único que depende de su estructura, clientes, características, idiosincrasia, regulaciones locales y más, se debe evaluar cómo se desempeña cada una a nivel individual, nacional y regional.
Modelo de Negocios:
Evaluación de la estructura organizacional de la institución para determinar si
cuenta con una estrategia digital, cómo se ejecuta y su comunicación y relación con
el entorno.
Experiencia de Usuario:
Evaluación de los canales implementados por la institución financiera para
relacionarse con sus clientes, la visibilidad que tienen de los mismos a través de
los distintos puntos de interacción y la consistencia de servicio al cliente.
Equipo y Procesos:
Evaluación de las herramientas digitales que utilizan los empleados, así como la
orientación hacia la automatización.
Habilitadores:
Evaluación de la estrategia y calidad de los datos en la institución, así como de la
presencia de analítica de datos y de otras tecnologías habilitantes.
El estudio de transformación digital ha comprendido a 69 instituciones de 14 países, con idiosincrasias y tamaños diversos. En general, el diagnóstico de transformación digital para la región sitúa a la institución promedio del estudio en una puntuación de sobre 20 en el scoring de transformación digital llevado a cabo. Esa puntuación en compatible con un nivel de digitalización que se ha denominado “explorador”, el segundo de los cuatro niveles de desarrollo establecidos, y donde se concentra un mayor número de IMFs, en concreto 27 instituciones.
En relación con las cuatro verticales analizadas, las instituciones parecen estar más avanzadas en los procesos relacionados con el modelo de negocio y habilitadores. Dos verticales que se podrían resumir en gobernanza de la transformación digital y construcción de una estrategia, así como la relevancia de los datos, la confianza en los datos y su uso en las actividades de gerencia de la institución. Sin embargo, la experiencia de usuario y el componente de digitalización vinculado a empleados y procesos internos requieren un mayor foco.
Todavía un 40% de las instituciones no cuentan con un responsable de transformación digital, aunque la mayor parte de las IMFs encuestadas consideran que la tecnología es clave para escalar el modelo y que existe una mayor demanda por parte de los clientes. No parece que la regulación sea un obstáculo extremadamente relevante a la transformación digital, aunque la respuesta varía en función de los países.
Para muchas instituciones, la situación derivada de la emergencia sanitaria global ha supuesto acelerar planes de transformación digital que ya estaban en marcha, priorizando en todo caso unos desarrollos frente a otros.
Una cuarta parte de las instituciones perciben una brecha de género en el uso de las herramientas digitales por parte de sus clientes, pero no entre sus empleados. Además, tan sólo un 27% de las instituciones encuestadas cuentan con productos o servicios específicos para la mujer en un formato digital.
El estudio de transformación digital incluye a 9 instituciones bolivianas, con idiosincrasias y tamaños diversos. En general, el diagnóstico de transformación digital para la región sitúa a la institución promedio boliviana en una puntuación de 10.5 sobre 20 en el scoring de transformación digital llevado a cabo. Esa puntuación en compatible con un nivel de digitalización que se ha denominado “explorador”, el segundo de los cuatro niveles de desarrollo establecidos, y donde se concentra un mayor número de IMFs, en concreto 25 instituciones.
En relación con las cuatro verticales analizadas, las instituciones presentan un desarrollo equilibrado en tres de las cuatro verticales, las correspondientes a modelo de negocio, equipo y procesos y habilitadores. Sin embargo, la experiencia de usuario es una vertical que requiere, en términos generales, un mayor foco. Parece que las instituciones se encuentran más confiadas en el proceso de digitalización interno de la institución, pero menos en el uso generalizado de canales digitales con sus clientes.
Casi la mitad de las instituciones no cuentan con un responsable de transformación digital, aunque la mayor parte de las IMFs encuestadas consideran que la tecnología es clave para escalar el modelo y que existe una mayor demanda por parte de los clientes. En Bolivia la regulación se sitúa como un obstáculo a la digitalización para casi el 70% de las instituciones.
En Bolivia, la situación derivada de la emergencia sanitaria global ha supuesto acelerar planes de transformación digital que ya estaban en marcha, priorizando en todo caso unos desarrollos frente a otros.
Un 44% de las instituciones perciben una brecha de género en el uso de las herramientas digitales por parte de sus clientes. Además, el 22% de las instituciones encuestadas cuentan con productos o servicios específicos para la mujer en un formato digital.
El estudio de transformación digital incluye a 3 instituciones colombianas, con idiosincrasias y tamaños diversos. En general, el diagnóstico de transformación digital para la región sitúa a la institución promedio colombiana en una puntuación de 14.3 sobre 20 en el scoring de transformación digital llevado a cabo. Esa puntuación en compatible con un nivel de digitalización que se ha denominado “experto”, el tercero de los cuatro niveles de desarrollo establecidos, y donde se sitúan sólo 9 instituciones de toda la muestra.
En relación con las cuatro verticales analizadas, las instituciones presentan un desarrollo alto en el área de modelo de negocio, compatible con un estadio en el que la estrategia de transformación digital está avanzada y en con una gobernanza adecuada. La digitalización de los empleados y los procesos internos también se sitúa en un nivel elevado. La experiencia de cliente y los habilitadores están un paso por detrás. El reto de las instituciones colombianas pasará por potenciar los canales digitales y el desarrollo y aprovechamiento de los datos en las instituciones.
Todas las instituciones cuentan con un responsable de transformación digital, y consideran que la tecnología es clave para escalar el modelo y que existe una mayor demanda por parte de los clientes. En Colombia la regulación se sitúa como un obstáculo a la digitalización para casi el 70% de las instituciones.
En Colombia, la situación derivada de la emergencia sanitaria global ha supuesto acelerar planes de transformación digital que ya estaban en marcha, priorizando en todo caso unos desarrollos frente a otros.
Un 33% de las instituciones perciben una brecha de género en el uso de las herramientas digitales por parte de sus empleados o clientes.
El estudio de transformación digital ha comprendido a 52 instituciones de 14 países, con idiosincrasias y tamaños diversos. En general, el diagnóstico de transformación digital para la región sitúa a la institución promedio del estudio en una puntuación de 10.7 sobre 20 en el scoring de transformación digital llevado a cabo. Esa puntuación en compatible con un nivel de digitalización que se ha denominado “explorador”, el segundo de los cuatro niveles de desarrollo establecidos, y donde se concentra un mayor número de IMFs, en concreto 25 instituciones.
En relación con las cuatro verticales analizadas, las instituciones parecen estar más avanzadas en los procesos relacionados con el modelo de negocio y habilitadores. Dos verticales que se podrían resumir en gobernanza de la transformación digital y construcción de una estrategia, así como la relevancia de los datos, la confianza en los datos y su uso en las actividades de gerencia de la institución. Sin embargo, la experiencia de usuario y el componente de digitalización vinculado a empleados y procesos internos requieren un mayor foco.
Todavía un 40% de las instituciones no cuentan con un responsable de transformación digital, aunque la mayor parte de las IMFs encuestadas consideran que la tecnología es clave para escalar el modelo y que existe una mayor demanda por parte de los clientes. No parece que la regulación sea un obstáculo extremadamente relevante a la transformación digital, aunque la respuesta varía en función de los países.
Para muchas instituciones, la situación derivada de la emergencia sanitaria global ha supuesto acelerar planes de transformación digital que ya estaban en marcha, priorizando en todo caso unos desarrollos frente a otros.
Una cuarta parte de las instituciones perciben una brecha de género en el uso de las herramientas digitales por parte de sus clientes, pero no entre sus empleados. Además, tan sólo un 27% de las instituciones encuestadas cuentan con productos o servicios específicos para la mujer en un formato digital.
El estudio de transformación digital incluye a 4 instituciones ecuatorianas, con idiosincrasias y tamaños diversos. En general, el diagnóstico de transformación digital para la región sitúa a la institución promedio ecuatoriana en una puntuación de 9.5 sobre 20 en el scoring de transformación digital llevado a cabo. Esa puntuación en compatible con la parte baja del rango de un nivel de digitalización que se ha denominado “explorador”, el segundo de los cuatro niveles de desarrollo establecidos, y donde se concentra un mayor número de IMFs, en concreto 25 instituciones.
En relación con las cuatro verticales analizadas, las instituciones presentan un desarrollo promedio bajo en las áreas de modelo de negocio y experiencia de usuario. Este resultado parece denotar una aparente falta de convencimiento sobre la necesidad de una estrategia de transformación digital y también sobre el desarrollo de la actividad de los clientes en canales digitales. A pesar de ello, las instituciones están más avanzadas en el área de digitalización del equipo y los procesos internos, y también muestran interés por los habilitadores, especialmente en cuanto al uso de datos.
Casi la mitad de las instituciones no cuentan con un responsable de transformación digital, aunque la mayor parte de las IMFs encuestadas consideran que la tecnología es clave para escalar el modelo y que existe una mayor demanda por parte de los clientes. En Bolivia la regulación se sitúa como un obstáculo a la digitalización para casi el 70% de las instituciones.
En Ecuador, la situación derivada de la emergencia sanitaria global ha obligado a la mitad de las instituciones encuestadas a reaccionar en el área de digitalización, en una solución que se considera táctica. Para la otra mitad de las instituciones, la emergencia no ha hecho más que acelerar un proceso de transformación digital que estaba en marcha.
Las instituciones encuestadas no perciben una brecha de género en el uso de las herramientas digitales por parte de sus empleados, pero o entre sus clientes. Ninguna de las instituciones parece contar con productos o servicios específicos para la mujer en un formato digital.
El estudio de transformación digital incluye a 6 instituciones salvadoreñas, con idiosincrasias y tamaños diversos. En general, el diagnóstico de transformación digital para la región sitúa a la institución promedio ecuatoriana en una puntuación de 8.4 sobre 20 en el scoring de transformación digital llevado a cabo. Esa puntuación en compatible con la parte alta del rango de un nivel de digitalización que se ha denominado “principiante”, el primero de los cuatro niveles de desarrollo establecidos, y donde se sitúan 14 instituciones.
En relación con las cuatro verticales analizadas, las instituciones presentan un desarrollo promedio bajo en todas las áreas y, especialmente, en la relacionada con la experiencia de usuario.
La mitad de las instituciones salvadoreñas encuestadas cuentan con un responsable de transformación digital, pero sólo en una de cada tres dicho responsable forma parte del equipo gerencial, lo que hace más débil la gobernanza del proceso. A pesar del bajo nivel de digitalización existente, todas las IMFs encuestadas consideran que la tecnología es clave para escalar el modelo y que existe una mayor demanda por parte de los clientes. En El Salvador, la regulación se sitúa como un obstáculo a la digitalización para el 50% de las instituciones.
En El Salvador, la situación derivada de la emergencia sanitaria global ha supuesto acelerar planes de transformación digital que ya se consideraban estratégicos en la mayor parte de las instituciones encuestadas.
Un 33% de las instituciones perciben una brecha de género en el uso de las herramientas digitales por parte de sus clientes. Además, un 17%de las instituciones encuestadas cuentan con productos o servicios específicos para la mujer en un formato digital.
El estudio de transformación digital incluye a 3 instituciones guatemaltecas, con idiosincrasias y tamaños diversos. El diagnóstico de transformación digital para la región sitúa a la institución promedio guatemalteca en una puntuación de 9.9 sobre 20 en el scoring de transformación digital llevado a cabo. En Guatemala existe una gran dispersión de niveles de digitalización entre las instituciones analizadas. En todo caso, esa puntuación promedio es compatible con un nivel de digitalización que se ha denominado “explorador”, el segundo de los cuatro niveles de desarrollo establecidos y donde se concentra un mayor número de IMFs, en concreto, 25 instituciones.
En relación con las cuatro verticales analizadas, las instituciones presentan un desarrollo algo más alto en el área de digitalización de equipos y procesos. Las restantes verticales se sitúan de forma equilibrada en puntuaciones algo superiores a 2 sobre 5, con mucho margen para el desarrollo.
Dos tercios de las instituciones encuestadas cuentan con un responsable de transformación digital. En Guatemala, la regulación no parece un obstáculo para la digitalización, pero sin embargo, las instituciones señalan una cierta reticencia por parte de los directorios en el 66% de los casos.
En Guatemala, la situación derivada de la emergencia sanitaria global ha supuesto acelerar planes de transformación digital que ya se consideraban estratégicos en la mayor parte de las instituciones encuestadas. Sin embargo, existen instituciones que indican que no se han tomado medidas específicas vinculadas a la digitalización en el período.
Dos tercios de las instituciones perciben una brecha de género en el uso de las herramientas digitales por parte de sus clientes. Además, el 33% de las instituciones encuestadas cuentan con productos o servicios específicos para la mujer en un formato digital.
El estudio de transformación digital incluye a 7 instituciones hondureñas, con idiosincrasias y tamaños diversos. El diagnóstico de transformación digital para la región sitúa a la institución promedio hondureña en una puntuación de 11.7 sobre 20 en el scoring de transformación digital llevado a cabo. Esa puntuación es compatible con un nivel de digitalización que se ha denominado “explorador”, el segundo de los cuatro niveles de desarrollo establecidos y donde se concentra un mayor número de IMFs, en concreto, 25 instituciones.
En relación con las cuatro verticales analizadas, las instituciones encuestadas parecen haber reforzado notablemente la digitalización en el área de equipo y procesos, que destaca sobre las demás y se sitúa en un nivel alto de 4 sobre 5. Destaca también algo por debajo la vertical de modelo de negocio, lo que demuestra que existe un compromiso con la digitalización entre las instituciones hondureñas.
Casi el 60% de las instituciones encuestadas cuentan con un responsable de transformación digital, aunque no en todos los casos es un miembro del equipo gerencial. Aunque todas las instituciones están de acuerdo en considerar la tecnología como una herramienta clave para escalar el negocio, un 29% no percibe una demanda creciente por parte de sus clientes. La regulación parece tener un impacto relevante para más de la mitad de las instituciones.
En Honduras, la situación derivada de la emergencia sanitaria global ha supuesto acelerar planes de transformación digital que ya se consideraban estratégicos en todos los casos.
Un 14% de las instituciones perciben una brecha de género en el uso de las herramientas digitales por parte de sus clientes. Además, un 29% de las instituciones encuestadas cuentan con productos o servicios específicos para la mujer en un formato digital.
El estudio de transformación digital incluye a 4 instituciones mexicanas, con idiosincrasias y tamaños diversos. El diagnóstico de transformación digital para la región sitúa a la institución promedio mexicana en una puntuación de 12.25 sobre 20 en el scoring de transformación digital llevado a cabo. Esa puntuación es compatible con el rango alto de un nivel de digitalización que se ha denominado “explorador”, el segundo de los cuatro niveles de desarrollo establecidos y donde se concentra un mayor número de IMFs, en concreto, 25 instituciones.
En relación con las cuatro verticales analizadas, las instituciones encuestadas se consideran especialmente avanzadas en las áreas de modelo de negocio y experiencia de usuario. Así, parece existir una apuesta clara por contar con una estrategia y gobernanza de la digitalización en la organización y, al mismo tiempo, se ha priorizado el uso de canales digitales en la comunicación con prospectos y clientes.
El 75% de las instituciones encuestadas cuentan con un responsable de transformación digital, y están de acuerdo en considerar la tecnología como una herramienta clave para escalar el negocio. Ni la regulación ni los directorios parecen suponer ningún obstáculo a las IMFs mexicanas a la hora de avanzar en su estrategia de digitalización.
En México, la situación derivada de la emergencia sanitaria global ha supuesto acelerar planes de transformación digital que ya se consideraban estratégicos en todos los casos.
Las instituciones mexicanas no perciben una brecha de género en el uso de las herramientas digitales por parte de sus clientes. Además, un 25% de las instituciones encuestadas cuentan con productos o servicios específicos para la mujer en un formato digital.
El estudio de transformación digital incluye a 3 instituciones nicaragüenses, con idiosincrasias y tamaños diversos. El diagnóstico de transformación digital para la región sitúa a la institución promedio nicaragüense en una puntuación de 14.65 sobre 20 en el scoring de transformación digital llevado a cabo. Esa puntuación es compatible con un nivel de digitalización que se ha denominado “experto”, el tercero de los cuatro niveles de desarrollo establecidos y el tercero de los cuatro niveles de desarrollo establecidos, y donde se sitúan sólo 9 instituciones de toda la muestra.
En relación con las cuatro verticales analizadas, las instituciones encuestadas se consideran especialmente avanzadas en las áreas de modelo de negocio y habilitadores. Así, parece existir una apuesta clara por contar con una estrategia y gobernanza de la digitalización en la organización y, al mismo tiempo, se ha reforzado el uso de la información dentro de las organizaciones. Tal vez el aspecto un poco más rezagado sea el de experiencia de usuario.
Dos tercios de las instituciones encuestadas cuentan con un responsable de transformación digital, y todas ellas están de acuerdo en considerar la tecnología como una herramienta clave para escalar el negocio. Sin embargo, en Nicaragua, todas las instituciones encuestadas consideran la regulación un obstáculo a la digitalización, y una de cada tres observa barreras también en los directorios.
La situación derivada de la emergencia sanitaria global ha supuesto acelerar planes de transformación digital que ya se consideraban estratégicos en todos los casos.
El 33% de las instituciones nicaragüenses percibe una brecha de género en el uso de las herramientas digitales por parte de sus clientes. Por otra parte, un 67% de las instituciones cuenta con productos o servicios específicos para la mujer en un formato digital
El estudio de transformación digital incluye a 3 instituciones panameña, con idiosincrasias y tamaños diversos. El diagnóstico de transformación digital para la región sitúa a la institución promedio nicaragüense en una puntuación de 9.65 sobre 20 en el scoring de transformación digital llevado a cabo. Esa puntuación es compatible con el rango bajo de un nivel de digitalización que se ha denominado “explorador”, el segundo de los cuatro niveles de desarrollo establecidos y donde se concentra un mayor número de IMFs, en concreto, 25 instituciones.
En relación con las cuatro verticales analizadas, las instituciones encuestadas se consideran especialmente avanzadas en el área de modelo de negocio y habilitadores. Así, parece existir una apuesta clara por contar con una estrategia y gobernanza de la digitalización en la organización. En claro contraste, la vertical de experiencia de usuario presenta unos niveles de digitalización muy bajos entre las instituciones del país. Esto implica que no se ha puesto todavía el foco en la armonización de los canales, y el desarrollo de canales digitales para atender a prospectos y a clientes.
Tan solo un tercio de las instituciones encuestadas cuenta con un responsable de transformación digital, pese a que dos tercios están de acuerdo en considerar la tecnología como una herramienta clave para escalar el negocio. En Panamá, los directorios y la regulación sólo representan barreras a la digitalización para un tercio de las IMFs.
Los procesos de transformación derivados de la respuesta a la emergencia sanitaria global se han vuelto estratégicos en todas las instituciones aunque en un tercio de los casos se trató de soluciones reactivas ante la aparición de la pandemia.
En Panamá, las instituciones no perciben brecha de género entre clientes o empleados en las áreas de digitalización, y tampoco se presta ningún servicio específicamente digital orientados a mujeres.
El estudio de transformación digital ha comprendido a 52 instituciones de 14 países, con idiosincrasias y tamaños diversos. En general, el diagnóstico de transformación digital para la región sitúa a la institución promedio del estudio en una puntuación de 10.7 sobre 20 en el scoring de transformación digital llevado a cabo. Esa puntuación en compatible con un nivel de digitalización que se ha denominado “explorador”, el segundo de los cuatro niveles de desarrollo establecidos, y donde se concentra un mayor número de IMFs, en concreto 25 instituciones.
En relación con las cuatro verticales analizadas, las instituciones parecen estar más avanzadas en los procesos relacionados con el modelo de negocio y habilitadores. Dos verticales que se podrían resumir en gobernanza de la transformación digital y construcción de una estrategia, así como la relevancia de los datos, la confianza en los datos y su uso en las actividades de gerencia de la institución. Sin embargo, la experiencia de usuario y el componente de digitalización vinculado a empleados y procesos internos requieren un mayor foco.
Todavía un 40% de las instituciones no cuentan con un responsable de transformación digital, aunque la mayor parte de las IMFs encuestadas consideran que la tecnología es clave para escalar el modelo y que existe una mayor demanda por parte de los clientes. No parece que la regulación sea un obstáculo extremadamente relevante a la transformación digital, aunque la respuesta varía en función de los países.
Para muchas instituciones, la situación derivada de la emergencia sanitaria global ha supuesto acelerar planes de transformación digital que ya estaban en marcha, priorizando en todo caso unos desarrollos frente a otros.
Una cuarta parte de las instituciones perciben una brecha de género en el uso de las herramientas digitales por parte de sus clientes, pero no entre sus empleados. Además, tan sólo un 27% de las instituciones encuestadas cuentan con productos o servicios específicos para la mujer en un formato digital.
El estudio de transformación digital incluye a 5 instituciones peruanas, con idiosincrasias y tamaños diversos. En general, el diagnóstico de transformación digital para la región sitúa a la institución promedio peruana en una puntuación de 9.4 sobre 20 en el scoring de transformación digital llevado a cabo. Esa puntuación en compatible con el rango bajo de un nivel de digitalización que se ha denominado “explorador”. Este es el segundo de los cuatro niveles de desarrollo establecidos, y donde se concentra un mayor número de IMFs, en concreto 25 instituciones.
En relación con las cuatro verticales analizadas, las instituciones presentan un desarrollo equilibrado en tres de las cuatro verticales, las correspondientes a experiencia de usuario, equipo y procesos y habilitadores. Además, cuentan con un nivel algo mayor de apuesta por la digitalización en el área de modelo de negocio, justo la relacionada con la estrategia de la institución. Así, parece que las IMFs en Ecuador están trabajando en el marco de digitalización y su gobernanza, y dando pasos de forma coordinada en las otras verticales.
El 40% de las instituciones no cuenta con un responsable de transformación digital, aunque todas las IMFs encuestadas consideran que la tecnología es clave para escalar el modelo. En Perú, la regulación no se sitúa como un obstáculo a la digitalización para el 80% de las instituciones.
La situación derivada de la emergencia sanitaria global ha convertido en permanentes soluciones de digitalización avanzadas por todas las instituciones. Y eso a pesar de que en un 40% de los casos se trató de soluciones que pretendían resolver de forma táctica y reactiva los problemas derivados de la pandemia.
El 20% de las instituciones perciben una brecha de género en el uso de las herramientas digitales por parte de sus clientes. Además, el 60% de las instituciones encuestadas cuentan con productos o servicios específicos para la mujer en un formato digital.
El estudio de transformación digital ha comprendido a 52 instituciones de 14 países, con idiosincrasias y tamaños diversos. En general, el diagnóstico de transformación digital para la región sitúa a la institución promedio del estudio en una puntuación de 10.7 sobre 20 en el scoring de transformación digital llevado a cabo. Esa puntuación en compatible con un nivel de digitalización que se ha denominado “explorador”, el segundo de los cuatro niveles de desarrollo establecidos, y donde se concentra un mayor número de IMFs, en concreto 25 instituciones.
En relación con las cuatro verticales analizadas, las instituciones parecen estar más avanzadas en los procesos relacionados con el modelo de negocio y habilitadores. Dos verticales que se podrían resumir en gobernanza de la transformación digital y construcción de una estrategia, así como la relevancia de los datos, la confianza en los datos y su uso en las actividades de gerencia de la institución. Sin embargo, la experiencia de usuario y el componente de digitalización vinculado a empleados y procesos internos requieren un mayor foco.
Todavía un 40% de las instituciones no cuentan con un responsable de transformación digital, aunque la mayor parte de las IMFs encuestadas consideran que la tecnología es clave para escalar el modelo y que existe una mayor demanda por parte de los clientes. No parece que la regulación sea un obstáculo extremadamente relevante a la transformación digital, aunque la respuesta varía en función de los países.
Para muchas instituciones, la situación derivada de la emergencia sanitaria global ha supuesto acelerar planes de transformación digital que ya estaban en marcha, priorizando en todo caso unos desarrollos frente a otros.
Una cuarta parte de las instituciones perciben una brecha de género en el uso de las herramientas digitales por parte de sus clientes, pero no entre sus empleados. Además, tan sólo un 27% de las instituciones encuestadas cuentan con productos o servicios específicos para la mujer en un formato digital.
En esta sección se observan algunos de los aspectos generales vinculados a la transformación digital de las instituciones. Cuestiones sobre gobernanza, limitantes o el nivel de inclusión digital de los clientes.
Cuenta con un responsable de transformación digital
Cuenta con un responsable de transformación digital en el equipo gerencial.
Considera que los clientes de las IMF y, en particular, sus clientes, tienen una demanda creciente por la prestación de servicios digitales.
Considera que la tecnología es la herramienta que da respuesta a la necesidad de escalar el modelo de inclusión financiera.
Considera que los directorios de las IMF pueden llegar a ser una barrera en los procesos de digitalización.
Considera que existen limitaciones regulatorias relevantes para la transformación digital en su país.
Cree que la Transformación Digital ha contribuido al crecimiento de su portafolio.
¿Qué porcentaje aproximado de sus clientes considera que tiene celular?
¿Qué porcentaje aproximado de sus clientes considera que tiene ACCESO a DATOS en su celular?
Comentarios
En los siguientes gráficos analizamos el tipo de respuesta que han tenido las instituciones ante la emergencia sanitaria global producida por el COVID-19 en relación con su proceso de transformación digital
¿Considera que todas estas iniciativas tienen un carácter táctico o tendrán una mayor permanencia en el tiempo?
¿Han sido iniciativas reactivas ante la coyuntura actual o eran ya parte de una estrategia y han sido priorizadas?
Comentarios
Uno de los objetivos del Diagnóstico fue determinar si las herramientas digitales implementadas por las instituciones están orientadas a la igualdad de género. A continuación, la institución también puede comparar como abarca en este aspecto.
Cree que existe una brecha de género en la utilización de nuevos canales digitales en el caso de los CLIENTES de su institución.
Cree que existe una brecha de género en la utilización de nuevos canales digitales con respecto a los EMPLEADOS de su institución
Existen productos o servicios orientados a mujeres con un enfoque digital en la institución
Distribución por países
País | Número de IMFs | Promedio de Activos (en USD) | |
---|---|---|---|
|
Argentina | 1 | 1,000,000 |
|
Bolivia | 9 | 168,561,778 |
|
Colombia | 4 | 76,191,437 |
|
Costa Rica | 1 | 16,000,000 |
|
Ecuador | 5 | 76,248,779 |
|
El Salvador | 6 | 36,527,082 |
|
Guatemala | 4 | 56,318,759 |
|
Honduras | 7 | 49,042,306 |
|
México | 6 | 25,730,615 |
|
Nicaragua | 7 | 34,140,620 |
|
Panamá | 3 | 30,733,333 |
|
Paraguay | 1 | 30,000,000 |
|
Perú | 5 | 42,224,927 |
|
República Dominicana | 3 | 42,633,333 |
Diagnóstico realizado con el apoyo de:
Comentarios por País
El estudio de transformación digital ha comprendido a 52 instituciones de 14 países, con idiosincrasias y tamaños diversos. En general, el diagnóstico de transformación digital para la región sitúa a la institución promedio del estudio en una puntuación de 10.7 sobre 20 en el scoring de transformación digital llevado a cabo. Esa puntuación en compatible con un nivel de digitalización que se ha denominado “explorador”, el segundo de los cuatro niveles de desarrollo establecidos, y donde se concentra un mayor número de IMFs, en concreto 25 instituciones.
En relación con las cuatro verticales analizadas, las instituciones parecen estar más avanzadas en los procesos relacionados con el modelo de negocio y habilitadores. Dos verticales que se podrían resumir en gobernanza de la transformación digital y construcción de una estrategia, así como la relevancia de los datos, la confianza en los datos y su uso en las actividades de gerencia de la institución. Sin embargo, la experiencia de usuario y el componente de digitalización vinculado a empleados y procesos internos requieren un mayor foco.
Todavía un 40% de las instituciones no cuentan con un responsable de transformación digital, aunque la mayor parte de las IMFs encuestadas consideran que la tecnología es clave para escalar el modelo y que existe una mayor demanda por parte de los clientes. No parece que la regulación sea un obstáculo extremadamente relevante a la transformación digital, aunque la respuesta varía en función de los países.
Para muchas instituciones, la situación derivada de la emergencia sanitaria global ha supuesto acelerar planes de transformación digital que ya estaban en marcha, priorizando en todo caso unos desarrollos frente a otros.
Una cuarta parte de las instituciones perciben una brecha de género en el uso de las herramientas digitales por parte de sus clientes, pero no entre sus empleados. Además, tan sólo un 27% de las instituciones encuestadas cuentan con productos o servicios específicos para la mujer en un formato digital.